El recorrido de la tercera etapa del Tour de Francia parecía diseñado para Peter Sagan, y más tras ver el desenlace de la primera etapa: seis cotas en los últimos sesenta kilómetros con la meta en Boulogne su Mer, tras setecientos metros al 7’4% de pendiente. Se antojaba complicado encontrar algún nombre en el pelotón capaz de discutir el segundo triunfo del eslovaco de Liquigas Cannondale, pero alguno aparecía en las quinielas: Alejandro Valverde, perdió sus opciones al errar la trazada en una curva; Philippe Gilbert, se cortó por culpa de una caída; José Joaquín Rojas, se retiró con la clavícula fracturada. Éstos estuvieron ausentes, pero otros tantos sí se presentaron a la contienda: nadie le pudo si quiera discutir el triunfo. En el plano que mostraba a Peter Sagan ejecutando su enésima celebración controvertida sí apareció Fabian Cancellara, defendió el maillot amarillo.
Desde Orchies partía la caravana del Tour dirección oeste, hacia Calais. Rubén Pérez, Andriy Grivko, Sébastien Minard, Giovanni Bernaudeau y Michael Morkov quisieron tomar ventaja con el pelotón antes de que la Côte de l’Éperche iniciara una parte final durísima. Por tercer día consecutivo, Michael Morkov justificó la presencia del Saxo Bank Tinkoff en carrera y lució los topos rojos de mejor escalador de la carrera. El pistard danés recabó algunos puntos más y luchó hasta el desfallecimiento en la Côte de Herquelinque para no separarse de la rueda de Andriy Grivko, el último de los neutralizados, pero neutralizado al fin y al cabo.
La escapada fue engullida por un pelotón que rodaba al cien por cien. En un recorrido complicado tanto por el desnivel como por las carreteras, el gran grupo volaba sin compasión, la primera semana del Tour. La etapa se cobró primero a Sivtsov, retirado por caída –el Sky se queda con ocho corredores- y después a José Joaquín Rojas, el ex campeón de España se fue al suelo cuando rodaba en posiciones adelantadas del pelotón. Su mano al hombro hacía presagiar su lesión en la clavícula. El Movistar no paró a lamerse la herida y situó a Iván Gutiérrez en punta, a trabajar para Valverde. El pelotón estaba cortado y Gilbert, detrás.
Los últimos veinte kilómetros se sucedieron en frenética progresión. Garmin trabajaba por detrás, en el grupo de Gilbert, mientras nada menos que Ivan Basso se colocaba como último hombre de Liquigas para Sagan. Chavanel se movía en el descenso del Mont Lambert, semejanza con la etapa del domingo. El francés se equivocaba al trazar una rotonda y perdía su ventaja, por detrás, Valverde imitaba su trazada, tampoco iba a ganar. BMC buscaba dar un toque a Wiggins y trabajaba, pero el toque a Wiggo se lo dio un Vacansoleil –provocó una caída, pero los jueces no contaron el tiempo marcado-. Albasini buscaba anticiparse, semejanza con el domingo, sin fuerza suficiente para evitar que Sagan le sobrepasara. Nadie pudo con él.