Mark Cavendish ha demostrado en la segunda etapa del Tour de Francia que es el mejor velocista del pelotón, también sin compañeros que le preparen la llegada. El campeón del mundo ha levantado los brazos en Tournai tras superar a Greipel y Goss y lograr su primera victoria en esta edición de La Grand Boucle. Fabian Cancellara defendió el maillot jaune por segunda jornada, pero tuvo una defensa mucho más cómoda.
El primer sprint del Tour de Francia siempre depara mucho interés. Y en esta ocasión, con el dominador despojado de su treno y una nueva hornada de velocistas dispuestos a discutir su condición, más. La jornada partió de Visé dirección a Tournai. Dos cientos siete kilómetros sin demasiadas dificultades para la gran mayoría del pelotón, pero que serían el comienzo de la odisea para Tony Martin, quien sigue en carrera a pesar de su fractura de escafoides.
También Anthony Roux debía estar convaleciente en la salida por la caída que sufrió ayer, pero pronto se le olvidó el dolor y recordó en qué marco se encontraba. Escapado desde el kilómetro 28, junto con Kern (Europcar) y Morkov (Saxo Bank-Tinkoff) el francés de FDJ se sobrepuso del dolor para hacer lo que mejor sabe: fugarse. La osadía de sus primeros años la ha ido completando con una mayor potencia y mejor lectura de la carrera –nada menos que seis victorias logró en 2011, cimentadas en cortes- para ser uno de los habituales en vanguardia. Y no es casualidad, es calidad, cualidades para hacer la fuga y sufrir delante del pelotón desde primera hora hasta que el grupo le deje marchar. La doble fractura de vértebra estaba olvidada, volvía a brillar.
Primero acompañado y después en solitario, Roux acabó neutralizado por un pelotón en el que Lotto, Orica GreenEDGE y Argos Shimano trataban de jugar el papel de referentes. Los tres equipos le fueron dando velocidad al pelotón, pero mostraron su flaqueza para emular a HTC, Fassa o Saeco y permitían a otros equipos situar a sus hombres de la general en cabeza. BMC, Liquigas o Euskaltel asomaban en las primeras posiciones revelando que la aproximación a Tournai distaba mucho de ser la ideal para los sprinters. Incluso Argos merodeaba la cabeza cuando ya Marcel Kittel se había descolgado lastrado por problemas de salud.
Dentro de los últimos kilómetros, Lotto fue quien tomó las riendas mientras, según parecía, Cavendish naufragaba perdido en la posición treinta del pelotón. Boasson Hagen perdía a su líder mientras Henderson tomaba la cabeza del pelotón, Greipel a su rueda; Cavendish, muy atrás. Aun así, cuando “el gorila” aceleró tenía tras de sí al campeón del mundo y, detrás, al subcampeón. Los tres medallistas en Copenhague se vieron las caras en el primer sprint del Tour, y quedó claro quién ganó el oro y por qué. Victoria de Cavendish.