Primera etapa en línea en el Tour y primera victoria para Peter Sagan, el hombre récord. El ciclista eslovaco de Liquigas Cannondale sacó a relucir su fuerza, su inteligencia y su velocidad en la primera etapa del Tour de Francia 2012 para sacudirse de encima al mismísimo Fabian Cancellara, maillot jaune de la carrera, en la Côte de Seraing.
A pesar de tener sólo veintidós años, a pesar de haber comenzado el Tour con mal pie La Grande Boucle debido a un error al trazar una curva en el prólogo y a pesar de tener delante, y en estado de gracia, al corredor más potente de los últimos años; Peter Sagan ganó. Y ganó bien, con cierto margen, esperando el movimiento del más fuerte para seguir su rueda y rebasarle con su dinamita final. No existe precedente ni hay comparación posible, sólo es Peter Sagan.
La primera jornada en línea comenzó con calma. Seis hombres buscaron y encontraron presencia en carrera y opciones de vestir el primer maillot de la montaña. Michael Morkov y Pablo Urtasun se mostraron, desde el principio, superiores a Gené, Bouet, Edet y Delaplace; pero el danés aprovechó su experiencia en la búsqueda de puntos –por haber sido campeón del mundo en Madison- y le arrebató los topos rojos al navarro de Euskaltel que continúa firmando el mejor año de su carrera, aunque los resultados no terminen de corroborarlo.
Por detrás, Radioshack disfrutaba de los primeros kilómetros de la temporada en los que la maquinaria funciona. La carrera rodaba con retraso, Popovych bromeaba con un cámara y Voigt, Voigt hacía lo de siempre sin importar los cuarenta calendarios. Incluso cuando entraban los equipos que buscaban de la etapa seguían porque, aunque algunos no lo tuviesen en sus quinielas, también ellos querían fiesta al final.
El desenlace de la etapa definió el significado del Tour de Francia. Todos los equipos buscando la mejor posición en cabeza, frenazos, enganchones, favoritos como Valverde lastrados por montoneras, equipos persiguiendo como el Movistar para devolver al murciano a la pelea y el maillot amarillo martilleando el pelotón. Sylvain Chavanel lo probró en Seraing y continuó con su mejor arranque del Tour de siempre, pero Cancellara le superó. Fresco por la lesión en las clásicas, rabioso por esa misma lesión y por el ambiente en el equipo y esplendido con su maillot y su bici amarilla, aceleró ante la impotencia de todos. De todos menos uno, Sagan.