Biciciclismo.com
País: España

Búsqueda personalizada
Buscar noticias
Últimas noticias

SECCIÓN PATROCINADA POR:

Siguenos en Twitter   Siguenos en Facebook   Canales RSS
Hemeroteca
Noticias sobre Historia
06/07/2023 - Historia

Llegar y besar el santo en el Tour, por Urtekaria Revue

Hay corredores buenos y corredores con clase. La clase no se compra, en un hecho intrínseco en el ciclista. Se tiene o no. Y ha habido ciclistas que la han tenido de sobra, a raudales, para regalar. Pues hay que tener algo más que los demás para debutar en la carrera más admirada, y más temida, por todos y triunfar en su debut. Nos referimos al Tour de Francia y a tres casos que nada más llegar besaron el santo.

En 1975 el italiano Francesco Moser debutaba en el Tour. Era su tercera temporada como profesional y llevaba una más que prometedora carrera a sus 24 años. Jefe de filas del equipo Filotex, se presentó con el maillot de campeón de Italia y tuvo la osadía de batir al mismísimo Eddy Merckx en Bélgica en el prólogo de aquella edición. El belga ya contaba con cinco Tours en su haber y el de 1975, tras haber completado una primavera sensacional con triunfos en San Remo, Flandes, Lieja y Amstel, iba a ser su sexto triunfo. No fue así. Thevenet le relegó al segundo puesto en la clasificación general. Eso fue días más tarde, en el prólogo partió con el dorsal número 1 en último lugar sin poder superar el magnífico registro del joven italiano Moser, nuevo maillot amarillo del Tour con dos segundos sobre el ‘ogro’ belga, Su triunfo había alegrado a la plana mayor de la carrera francesa viendo la aplastante superioridad de Eddy en los últimos estíos franceses.

El Tour había comenzado en Bélgica, en Charleroi, ante 60.000 espectadores que se habían congregado a ver la carrera. Merckx excusó su derrota, dijo que no había querido arriesgar en un recorrido sinuoso. Pero Moser y Merckx habían sido mucho mejores que los demás; en los 6,250 km el tercer clasificado Van Impe, perdió catorce segundos, Thevenet 24 y Gimondi aún más…

En la siguiente etapa, dividida en dos sectores, se vivió un ataque desaforado casi de salida de Merckx que quería dejar bien claro quién era el mejor. Nada más comenzar el primer sector, el pelotón se puso en fila india y en la punta de lanza aparecían los más fuertes de la competencia y favoritos del Tour. Con un Merckx desbocado, los demás ciclistas no entendían muy bien la táctica del belga, no era más que rabia y dejar bien claro quién es quién, pero a pesar de todo rodaban desaforadamente tras su rueda. Moser aguantó como lo que era, un campeón. Al final de esta etapa se entregó por primera vez el maillot a motas rojas de la montaña. Joop Zoetemelk fue el primero en vestirlo.

El debutante no cedió la túnica dorada hasta la sexta jornada, una contrarreloj en Merlin Plage de 16 kilómetros en la que Merckx dictó su ley aventajando al transalpino en más de medio minuto. Moser finalmente fue séptimo en la general final y tuvo el honor de hacerse con el primer maillot blanco de la historia del Tour como primer joven de la competencia.

No volvió nunca más al Tour pero se hizo con un palmarés más que brillante. Campeón mundial en Venezuela, triunfó en el Giro de Italia de 1984 por delante de Laurrent Fignon, beneficiado de manera soez por la organización y otros temas extradeportivos. Como ejemplo citar la suspensión del paso por el Stelvio en una de las últimas etapas aduciendo nieve que no hubo por ninguna parte.

En la última crono en la que desbancó definitivamente a Fignon del liderato fue ayudado descaradamente por un helicóptero que molestaba constantemente el rodar del francés que llegó con la cara y sus gafas llenas de escupitajos lanzados por los seguidores de Cecco. Así y todo, Moser fue mucho más que aquel Giro. Ganó 259 carreras con un triplete antológico en la Paris-Roubaix entre 1978 y 1980, además de victorias en pruebas del nivel de la Milán-San Remo, Flecha Valona, Paris-Tours y Giro de Lombardía, en dos ocasiones. La guinda a su excelsa carrera la puso el récord de la hora en México batiendo la marca establecida por Merckx doce años antes.

El Tour del año 1975 comenzó con un prólogo de 8 kilómetros y ganó otro debutante. Freddy Maertens que era la sensación del ciclismo, 24 años de edad y componente del Flandria-Velda que ya contaba con 90 victorias como profesional.

Su estilo enamoraba a toda Bélgica y veían en él al sustituto de Merckx, ya en decadencia, sobre todo como corredor de clásicas. Bajo un calor africano, el belga vistió el maillot amarillo que sustituía al de campeón belga, prueba ganada pocos días antes de comenzar el Tour, y supera en 17 segundos al manchego Jesús Manzaneque, corredor del Super Ser, segundo clasificado.

Maertens no ganó el Tour, ni se esperaba eso de él, pero sí lo hizo en siete etapas más para vestir al término de la carrera el maillot verde de la regularidad. Además, tal como contaba él mismo en una biografía suya, pudieron ser más las victorias de etapa ya que cedió una de ellas en favor del francés Jacques Esclassan, tal como le aconsejó su director deportivo, Driessens.  Cedió el maillot amarillo en la novena etapa camino de Alpe d’Huez a favor de su compatriota y ganador final Lucien Van Impe.

La carrera de Maertens estuvo llena de altibajos. Ganó en 1977 la Vuelta a España tras imponerse en trece etapas, récord absoluto de la carrera y en aquel mismo año llevaba el mismo camino en el Giro con siete triunfos de etapa hasta que una caída le puso fuera de combate. Doble campeón mundial, su segundo título anunció una especie de resurrección después de sus cinco etapas ganadas en el Tour jalonadas con su tercer maillot verde en tres participaciones. No fue así y permaneció en el pelotón de forma casi anónima y en equipos menores belgas hasta 1987. Le pagaban más por quién había sido que por sus resultados y hasta se daba el caso que en diversas ocasiones no se presentaba en las carreras en las que estaba anunciado.

Su vida personal también estuvo llena de claroscuros con problemas con la bebida y deudas con la hacienda belga, no suficientes para oscurecer lo grande que fue como deportista. Como muestra nos sirven sus 35 etapas en las grandes vueltas por etapas: 15 en el Tour en tres participaciones, 7 en el Giro en solo once etapas disputadas y 13 en la Vuelta en su única participación. Además, fue líder en las tres competencias al igual que Francesco Moser. Su historia también es particular, contaba que cuando se encontraba en buena condición solía tomar a treinta kilómetros de la meta un bidón de champagne mezclado con fructosa y una ampolla de cafeína con el fin de estimularle y darla chispa de cara al final.

El tercer hombre de esta historia debutó en el Tour en 1977. Alemán de 22 años de edad había debutado en una gran vuelta en 1976 en España: cinco etapas ganadas y cuarto puesto en la general. Didi Thurau fue el mejor en el prólogo de 5 kilómetros con un tercer puesto para un pundonoroso Merckx que agotaba sus prestaciones en el pelotón.

Con el maillot amarillo a sus espaldas, fue la revelación de la carrera, ganó un total de cinco etapas (tres de ellas en la modalidad contrarreloj), fue líder hasta la decimoquinta etapa, quinto en la general final y maillot blanco como mejor joven. Su estilo encima de la bicicleta era de cuadro, rodador de una clase inmensa su melena rubia le daba un aire encantador cuando rodaba en solitario y deslumbró a propios y extraños en la crono de Burdeos.

Fue una celebridad en Alemania, todo el mundo quería aparecer en las fotos con el nuevo ídolo teutón, digno sucesor de Rudi Altig. Su estrella, en cambio, se fue apagando poco a poco y nunca cumplió con las terribles expectativas que se habían puesto en el rubio ciclista teutón.

Al año siguiente fichó por el equipo belga Ijsboerke y tuvo una polémica actuación en el mundial. En fuga con Moser, el italiano pinchó a siete km de meta. Thurau incomprensiblemente le esperó y fue batido en el esprint final haciéndole con el subcampeonato. Primero se pensó que se había vendido a Moser, pero más tarde se comentaba que recibió órdenes del patrón de su equipo que no quería que el maillot arco iris de campeón mundial tapara su marca.

Tuvo una polémica actuación en el Tour de 1985 y fue expulsado de la carrera. El caso es que en una contrarreloj fue sancionado monetariamente por un comisario de carrera por no hacerle caso al indicarle que no fuera a rebufo del ciclista Charly Mottet. En la salida de la siguiente etapa, fue a reclamar la sanción al comisario de malos modos, agarrándolo de la pechera a la vez que le propinaba un violento empujón. Por ello fue expulsado del Tour en la décima etapa y obligado a pagar una sustanciosa multa.

Años más tarde su nombre volvió a aparecer en la prensa ya que había amenazado anónimamente a unos inquilinos suyos para que dejaran libre su casa para poder sacarla a la venta.

Se retiró del ciclismo en 1988 con 85 triunfos en su palmarés, victorias de etapas en las tres grandes vueltas y siendo rey de los velódromos europeos de donde sacó suculentos contratos. Hoy en día sigue participando de vez en cuando en diferentes marchas ciclistas. Su hijo fue profesional hasta hace poco y su carrera estuvo salpicada por problemas con el doping.

Artículo de URTEKARIA Revue nº 47

leer noticia

Otros titulares:

histórico de noticias

Tus equipos preferidos

Cycling Total comunicación y servicios S.L. C/ Estartetxe, 5 Oficina 309 · 48940 Leioa (Vizcaya)
Teléfono: +34 94 480 67 47 · Fax: +34 94 480 67 48 · info@biciciclismo.com
Publicidad Aviso Legal
Política privacidad
Política de cookies
Desarrollado por GURENET: diseño web Bilbao