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lunes, 9 de noviembre de 2015 |
Barbero, a fondo: “Mi temperamento es virtud y defecto”
Carlos Barbero (1991, Caja Rural-RGA) representa la savia nueva que viene del ciclismo español. En su primer año en la élite, ha alcanzado cinco victorias y varios puestos de honor más y, además, debutó en la Vuelta a España. Tiene carácter, “para lo bueno y para lo malo”, y no lo oculta, un genio que le hace ser ambicioso.
Y sabe que todo pasa por hacer “el trabajo sucio de la pretemporada”, entrenar en definitiva, en su fría Burgos, “uno de Burgos se acostumbra a los -4ºC”, afirma. Y estudiar ya que está en la recta final de la carrera de Ingeniería Industrial. Sobre el asfalto, Barbero no ha hecho más que empezar. El burgalés responde a las preguntas de BiciCiclismo en la reciente primera concentración del Caja Rural-RGA en Tudela.
¿Qué balance hace de su última temporada?
Sigo en desarrollo. He crecido, he pasado de un equipo continental a profesional continental. Personalmente, el año me ha ido bien, y a nivel de equipo, también. Esperemos que el año que viene vaya en esa línea. Lo mejor y lo peor está bastante marcado. Lo mejor, la victoria en la Vuelta a Burgos: en mi casa, poniéndome de líder... Fue un sueño. Y lo peor, la lesión que tuve a principio de año.
¿Qué pasos le gustaría dar el próximo año?
Seguir progresando. Cada año doy un pasito más, soy más regular. Este año he tenido más victorias, pero puede ser que el año que viene se te tuerza algo y no consiga ninguna y ya te señalan con el dedo. Puede ser. Me gustaría superarme a mí mismo, y conseguir cinco victorias, pero hay que ser consciente que va a ser muy difícil. Hay que ir día a día, pero si trabajamos la victoria llegará.
¿En qué aspectos cree que tiene que trabajar para mejorar?
Siempre hay que trabajar en todo, así te conoces más, pero más o menos en la misma línea. Yo creo que siguiendo como ahora hay días que puedo pasar la media montaña, en la Vuelta a Madrid por ejemplo fui en la escapada, o en Amorebieta... Está claro que yo no voy a ser un sprinter de llegadas de 80 tíos como Greipel, por peso y corpulencia no va a ser. Estoy más centrado en llegadas en repecho como Getxo. Si te fijas, es donde he ganado siempre y he tenido los resultados, sprints con cierto porcentaje hacia arriba. Primero hay que hacer la pretemporada, que es el trabajo sucio, que no se ve y es el que importa. Y luego ir día a día a las carreras.
Cada año se dice que Contador, Valverde o Purito Rodríguez no van a ser eternos, y se busca el relevo en el ciclismo español. ¿Se ve como su sustituto?
No me incluyo porque aquí ya tuvimos a Óscar Freire y no se le valoró lo que se tenía que valorar. Estamos hablando de Purito, Valverde y Contador todo el día porque son hombres de tres semanas y en España se valora eso. Sin embargo, yo veo que es mucho más difícil lo que ha hecho Freire, ganar tres mundiales y tres San Remos. En tres semanas entra mucho la capacidad de recuperación y hay un grupo muy selecto, pero el mundial los hay que se retiran sin correrlo. Yo quizás soy más un hombre de clásicas como podría ser Freire, aunque ni mucho menos me asemejo a él en palmarés ni en clase ni nada. Y aunque ganase lo que ganó él, no se valoraría en España...
¿Fue Freire un referente?
No era un referente porque cuando él corría yo casi ni me fijaba, pero ahora veo lo difícil que es ganar las carreras que ha ganado él y piensas ‘cuidado con lo que ha hecho este hombre’.
¿Quiénes son sus referencias en el ciclismo actual?
Hay mucha gente. Quién no envidia a Peter Sagan, su calidad y su polivalencia, lo mismo te sube un puerto, que baja y que sprinta, y creo que él ahora mismo es un referente, pero es gente que está tocada por la varita. Más allá del trabajo está el talento, y eso es así.
¿En el futuro, por ese perfil de clasicómano, se ve corriendo fuera de España?
Viendo cómo está el panorama del ciclismo español, con solo dos equipos, cómo no vas a mirar fuera. No tengo ningún problema ni tuviera que ir fuera, pues bienvenido.
La rivalidad con Lobato
Juanjo Lobato (Movistar Team) es un corredor de parecidas características a las suyas, ¿cuál es su relación?
Nos conocemos. Por ejemplo, el año pasado estuvimos juntos en una concentración en Sierra Nevada. Y poco más. Posiblemente seamos rivales y nos toque coincidir en la selección antes o después, si todo va bien.
Está el episodio de Getxo, cuando le cerró y le impidió disputar la victoria de Bouhanni.
Sí, me pidió disculpas, pero la victoria no la tengo yo, que esto es lo que se me va a quedar siempre. Y la tenía, y eso lo sabemos los tres: él, Bouhanni y yo. Estaba para ganar y a Lobato se le cruzaron los cables en ese momento, se sintió impotente e hizo una maniobra que no fue deportiva. Pero, bueno, no se puede volver atrás.
Tiene temperamento…
Sí, tengo demasiado. Hay veces que me viene bien y otras que me juega malas pasadas. Mi temperamento puede ser virtud y defecto. Mi carácter una arma de doble filo. Pero el temperamento no se puede controlar muchas veces. Hay situaciones como en Getxo donde no se puede controlar. Cada uno es como es, para lo bueno y para lo malo.
El equipo tiene la posibilidad de correr el Giro... ¿Es una carrera que llama su atención?
Preferiría correr la Milán-San Remo antes que el Giro. Teniendo la Vuelta a España, yo soy joven y no pienso en doblar. Un calendario de Giro y Vuelta sería absurdo. Me haría más ilusión que nos invitaran a la San Remo. Es una carrera que me gusta y creo que puede ir bien a mis características, pero primero hay que conocerla, ver allí y aprender. Esos kilometrajes...
En su segundo año en el Caja Rural-RGA, ¿piensa en disputar el Mundial de Qatar?
Todavía queda más lejos, pero todo corredor, y más de mis características, sueña con correr el Mundial. Sería muy bonito pero para eso hay que andar, estar en óptimas condiciones en esas fechas y que el seleccionador te elija. Lucharemos por ello pero sin obsesionarse.
¿Mantiene relación con el seleccionador Javier Mínguez?
Sí, tenemos relación, hemos charlado y no hay ningún problema.
La experiencia de la Vuelta
La Vuelta a España 2015 fue su debut en las tres semanas. ¿Qué lecciones ha aprendido?
Me conozco un poco más, he hecho un esfuerzo de 21 días que no había hecho. El cuerpo tiene memoria y seguro que el año que viene notaré la experiencia de este año. Iba sin ninguna presión y he aprendido un poco más. Es verdad que no estuve en la disputa de ninguna etapa. Y en los días que me venían bien no tuve el físico para estar. Así que es un reto más para superar el año que viene. Está claro que uno quiere dar siempre más. Incluso cuando ganas; si ganas una vez, quieres ganar dos. En la Vuelta no tuve opción ninguna como me hubiera gustado, estar en la pelea de alguna etapa por lo menos. Pero bueno, queda pendiente para el año que viene.
Después de la Vuelta a Burgos, ¿podría ser el Campeonato de España su otro mejor momento?
Bueno, después de hacer tercero, este año segundo... Tienes un metal en casa, sí, segundo detrás de Valverde, pero en el Campeonato de España sólo vale ganar, más que incluso que otra carrera porque vistes el maillot toda la temporada. Está bien eso de la regularidad, estar año tras año, y si se me adapta el recorrido es una fecha en que estoy bien, pero Valverde estuvo mejor. No se pudo hacer más. No es lo mismo que te gane Valverde a que te gane un desconocido. Él es un hombre que hace tercero en el Tour, ha ganado las clásicas. Es lo que le da valor.
Una curiosidad para terminar, ¿cómo se las arregla para entrenar con tanto frío en Burgos durante el invierno?
Me suele tocar sufrir el frío aquí por el tema de los estudios y me suelo quedar en Burgos, pero si hace muy malo intento bajar como he hecho estos años cinco o seis días a Benidorm a entrenar bien con calor, y luego volvía. Este año también, depende de los exámenes. Se pasan putas, la verdad, pero al final cada uno se amolda a lo que tiene. Uno del sur se acostumbra a los 40ºC y uno de Burgos se acostumbra a los -4ºC.
Redacción BiciCiclismo