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Noticia
El martirio de Juanma Gárate: “Este no es el final que yo quería”Juanma Gárate va a terminar la temporada sin competir, a pesar de que desde abril el ciclista guipuzcoano está inscrito en la UCI con el Belkin y que desde agosto tiene su licencia en vigor. Incluso ganó su batalla por ser inscrito en la Seguridad Social española y tener los mismos derechos que cualquier trabajador. Sin embargo, la formación holandesa le ha hecho “la vida imposible” y, de hecho, ha cancelado su salario pese a estar de baja médica por todo el “trastorno sicológico” que ha sufrido en los últimos meses. Una llamada de un conjunto WoldTour renovó su ilusión, que no es otra que volver a ponerse un dorsal y retirarse encima de la bicicleta, “una pequeña ventana” que se ha abierto para “pasar página de este año tan negro”. “Espero que mi último año de ciclista no sea este”, confía. Su relato es desolador y enseguida nos avanza cuál es su situación actual. “Sigo sin competiciones y recuperándome de unos meses muy malos sicológicamente”, responde Gárate por teléfono. Nos hace saber “la trastienda de esta historia”, un relato amargo y cruel, duro, muy duro, que revela a BiciCiclismo, y que descubre un trato despiadado de su equipo. El Belkin anunció un acuerdo con Gárate (1976) en septiembre del año pasado, pero no fue inscrito hasta abril en la UCI. Una puerta parecía abrirse; su calvario no había hecho si no empezar, sin embargo. “Después el equipo tardó muchísimo en darme los papeles para tramitar la licencia. Y eso fue en agosto. Hasta entonces los pedía y no me los daban. Tengo la licencia desde el 4 de agosto. No me han inscrito en ninguna carrera ni cuenta conmigo para nada”, afirma. “Lo que me gustaría es volver a ponerme un dorsal de nuevo para poder pasar página a este año tan negro. Este año es muy complicado, o mejor dicho imposible, porque tienen todo el calendario definido y solo quedan Lombardía y China”, asume. Ahora bien, una puerta se abrió cara al próximo año hace unas semanas y Gárate ha recobrado la alegría y las ganas por ser ciclista profesional, como lo ha sido desde 2000. Un rayo de luz. “Sí que hubo un equipo que contactó conmigo. Una llamada de teléfono que me sorprendió y que ha conseguido muchas cosas: me subió la autoestima, me hizo volver a ponerme un culote. Solo con ese interés por mí después de un año en blanco quiere decir que no hacía las cosas tan mal y que la gente lo veía. Eso me dio moral y he seguido entrenándome. Haber hecho 26 grandes y 15 años de profesional para algo tiene que servir. Sí me preguntaron por cuál era mi situación y qué pensaba hacer el año que viene, si quería seguir en bici. Yo les respondí que sí, que sería feliz si volviera a correr en bici, pero no ha habido más. No se ha materializado, no porque tenga pretensiones económicas, simplemente porque la plantilla está completa y están pendientes de tener un hueco”, responde sincero. “He tenido fuerzas a partir de ese día, hasta entonces lo he pasado muy mal y no podía ni coger el teléfono. Esa llamada me devolvió la ilusión. El Belkin me está haciendo muchísimo daño sicológico y he necesitado ayuda para poder superarlo. Y, además de la ayuda profesional que estoy recibiendo, esta pequeña ventana que se ha abierto me está ayudando a pasar página en mi vida”, añade. Un interés que ha reavivado su deseo de elegir él su broche sobre la bicicleta. “Mi idea como ciclista era haber puesto otro punto final a mi carrera deportiva. Desde luego que este no es el final que yo quería y sí que me haría ilusión acabar de otra manera. No me esperaba este final. Todo este caso me ha dado mucha rabia y ahora mismo necesito sacar esa energía acumulada encima de la bici y donde sé hacerlo, compitiendo. Y eso me serviría para pasar página en mi vida y como persona volver a sentirme bien y sano. Y, por otro lado, a nivel deportivo creo que me merecía otro final después de una trayectoria deportiva que considero impecable. No quiero ningún reconocimiento. Es algo personal. Y por eso voy a intentar luchar. Espero que mi último año de ciclista no sea este”, confía a BiciCiclismo. Al menos, Gárate ganó una batalla legal, ser un afiliado más de la Seguridad Social para tener el correspondiente seguro médico o una pensión. Una lucha que le ha costado la salud. “Simplemente reclamé un derecho por el que me han dado la razón. Me han registrado y dado de alta en la Seguridad Social como un empleado, lo que yo reclamaba. El equipo ha registrado la sociedad en España y me han incluido dentro del régimen general de la Seguridad Social: ahora soy un trabajador de la empresa con SS, algo que en España creo que solo pueden decir los corredores del Movistar Team y el Caja Rural-RGA; de los ciclistas extranjeros en España no creo que haya uno con un régimen general de la SS. Yo lo he conseguido”, confirma. “Ese ha sido mi triunfo y el de ellos parece que es que mi carrera deportiva acabe, ese es el precio que ellos me quieren hacer pagar simplemente por defender mis derechos. Sí, he conseguido un triunfo, pero el precio que me quieren hacer pagar es alto, porque después boicotearme y no dejarme correr es hacer mucho daño. No sé si toda está lucha merece la pena o no. Creo que va con mis principios, luchar por ello, ahí estoy para intentar darle la vuelta a esto. Si no consigo una despedida como me gustaría, me tendré que quedar con los momentos buenos que ha dado el ciclismo, aunque tengo que decir que es muy difícil luchar desde dentro”, apostilla. "Me han llevado al límite" Hay más detalles del trato inhumano que ha recibido del Belkin que no se podrían creer si no los relatara Gárate. “Debido a mi situación de depresión que he pasado, me recomendaron coger la baja médica el 4 de agosto porque el 27 de julio tuve una caída importante, me di un golpe muy fuerte en la cabeza, partí el casco en tres pedazos, perdí la memoria, el conocimiento, y me recomendaron tanto mi sicólogo como el médico de cabecera coger la baja porque no me veían seguro encima de la bicicleta; de hecho, pensaban que la caída era una consecuencia de mi estado. Entonces me dieron la baja y se la hice llegar al equipo. Pues bien, no habían pasado dos semanas y, cuando llevaban meses sin ponerse en contacto conmigo, me enviaron un correo electrónico diciendo que si en 48 horas no retomaba los entrenamientos me dejaban de pagar… Y lo han cumplido. Yo les he dicho que tengo una baja de un médico y que lo que tengo que hacer es curarme, no voy a ir contra de una decisión médica. Que la gente sepa que no he cobrado ni en agosto ni en septiembre. Y sigo de baja médica”, explica. “Estoy bien, recuperándome, es una baja por todo este trastorno sicológico que me han causado. Me han llevado al límite. Primero, me han ignorado y después, sabiendo todo esto, me pego una buena hostia entrenado con la ropa del Belkin y cuando cojo la baja por un estrés sicológico me vienen con esto. ¡Que estoy enfermo, señores! No es el caso, pero si dependiera de ese sueldo para tener que dar de comer a mis tres hijos, ahora entiendo que la gente pueda perder los papeles. Nunca había dicho nada a nadie. Que la gente sepa que hay en la trastienda de esta historia”, asevera. Gárate nos ofrece más hechos que certifican su sinvivir en los últimos meses y la mala fe de la formación holandesa. “El 27 de julio me caí y el 2 de agosto fue la Clásica San Sebastián. El médico del equipo vino a la carrera y nadie fue capaz ni de llamarme por teléfono para venir a visitarme o interesarse por mi estado. Tienes al equipo a 20 kilómetros de casa durante tres días –vive en Hondarribia-, yo estoy en la cama, y no fueron capaces ni de acercarse. El día 4 cogí la baja, como para no cogerla. Y 15 días después me mandan el correo electrónico. Y piensas ¿pero estos que quieren? Hacerme la vida imposible”, denuncia. Ahora bien, Gárate no baja los brazos ante esta vulneración de sus derechos. “Tengo que seguir con mi batalla legal: no se puede permitir que un equipo haga esto a una persona. Por contrato no puedes estar más de seis semanas sin competir y yo llevo todo el año sin ninguna carrera. Algo tendré que decir. Por lo menos, lucharé. ¡Si es que me han dejado pagar estando enfermo! La normativa de la UCI es clara: el equipo tiene obligación de pagarte en los tres primeros meses de tu incapacidad y después el 50% si lo considera oportuno. Pero es que a mí a los 15 días me han quitado el sueldo entero. Para empezar, ni me han pagado los cuatro primeros días de agosto en los que en teoría estaba operativo”, clama. Tampoco encuentra una explicación a esta actitud de los dirigentes del Belkin. “Aunque vean las cosas, siguen huyendo hacia adelante. Se dan cuenta de que se han equivocado y en lugar de echarse atrás dan otro golpe encima de la mesa. Es que parecen vascos en lugar de holandeses, son muy orgullosos”, bromea incluso. Pese a todo este ultraje a su persona, Gárate no ha rendido y ahora tiene la esperanza de volver a ponerse un dorsal, pedalear en un pelotón, sentirse un ciclista profesional en definitiva. “Necesito correr. Me siento pagado si me dan la oportunidad de pasar en una página de mi vida. Y decir ‘todo esto ha quedado atrás y vuelvo a hacer lo que mejor sabía hacer y lo dejo’. No quiero un homenaje. Personalmente necesito sentirme de nuevo útil y que toda esta etapa quede atrás”. Con un poco de fortuna y si el destino es justo con él, conseguirá su propósito para poner el último imperdible a su maillot y tener la despedida que merece a una trayectoria ejemplar. Y también nos apunta que se presentará para conseguir el título de director deportivo nacional. Entretanto, entrena al calor de los suyos, bien arropado frente al desprecio del Belkin. “La familia es el mejor apoyo, al final es lo que te va a quedar, no puedes esperar mucho más. Los de casa van a estar siempre y la verdad que en ese sentido soy un afortunado”, concluye. Profesional desde 2000, Gárate acumula 26 grandes vueltas (12 Vueltas, 8 Giros y 6 Tours) y forma parte del club ganador en cada una de ellas, ganó una etapa en la ronda española en 2001, en la italiana en 2006 (también la montaña) y en el Tour, en el Mont Ventoux, en 2009, además de ser campeón de España en 2005. Sus equipos han sido: Lampre (2000-2004), Saunier Duval (2005), Quick Step (2006-2008), Rabobank (2009-2012) y Belkin (2013-2014). Unai Iraragorri
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