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FÉMINAS miércoles, 29 de abril de 2020

1987, el año mágico de Stephen Roche (1): Giro de Italia

Misteriosa es la ecuación planetaria que los astros resolvieron el 28 de noviembre de 1959, día en que la criatura que bautizarían como Stephen Roche vino a este mundo, pero lo que el muchacho consiguió -no sin esfuerzo, quedará claro-  durante el año 1987 es como para recurrir a un manual de superstición. Convirtió en oro todo lo que su rueda delantera pisó. Su nada desdeñable palmarés de trece temporadas como profesional nada tiene que ver con su año de la fortuna, en el que solo tres meses fueron suficientes para superar con creces todos los demás triunfos conseguidos y por conseguir por uno de los mejores ciclistas de finales del siglo XX. Irlandés para más señas, de Dublín.

GIRO DE ITALIA (21 mayo - 12 junio)

Roberto Visentini se había impuesto, para sorpresa de la cátedra, en la edición anterior ante los dominadores de la década, cuando Hinault se ausentaba, como eran Moser y Saronni. Había podido incluso con el nuevo lebrel del Caimán, Greg Lemond. El maillot de Carrera, ropa vaquera, se encaramaba a las primeras páginas en vísperas de Giro de 1987. Los tifossi tenían por quién apostar fuerte en un recorrido algo más montañoso que lo habitual (Terminillo, Gardena, Garda, Sella, Pordoi, San Pellegrino, Bondone, San Marco), contrarrelojes (89 km. sumaban las individuales y 42 km. la de equipos) y bonificaciones a gusto del consumidor. Y sin Moser, que pocos días antes fue embestido por un coche mientras entrenaba. Nada nuevo, desgraciadamente.

Pero Carrera era protagonista por partida doble porque Roche,  que venía de ganar el Tour de Romandía, se postulaba como uno de los posibles, aunque en su fichero no tuviese ninguna de tres semanas. Las cronos parecían a su favor. Pero había maillots de todos los colores en la salida de San Remo; estaba Saronni, los jóvenes Bugno y Rominger, Chioccioli, Lejarreta, Argentin y Jean-François Bernard capitaneando el nuevo Toshiba, ninguno de ellos dejaría escapar la mínima oportunidad.

Pero el prólogo lanzó un mensaje diáfano, Visentini seguía con el rosa imponiéndose al resto y postulándose como el primero de la lista de candidatos. Eran escasos segundos pero el envite estaba lanzado. Originales como nadie los italianos, al día siguiente plantearon dos medias etapas, una de 8 km., descenso del Poggio a San Remo. Fue el joven Breukink quien se llevó a todos por delante en el sector matinal y se vistió el rosa líder. ¿Otro candidato en  la quiniela? Todo era cuestión de segundos, el top15 estaba en un minuto con todos los ilustres. Las etapas se las iban repartiendo algunos jefes de fila y las bonificaciones no tenían una influencia decisiva. Fue en realidad lo crono por equipos la que hizo la primera criba importante, porque Carrera voló y puso a Roche y Visentini, por ese orden, al frente de la clasificación con al menos un minuto de renta sobre el resto.

Cuál era la auténtica lucha por el rosa, ¿la de los Carrera contra el resto o el duelo fratricida entre ellos dos? Porque Roche aprovechaba cualquier hueco para meterse en la llegada y rascar segundos de bonificación. Tras la cuarta etapa ya tenía 32s sobre Visentini. El morbo comenzaba a llenar páginas. Las rampas del Terminillo no cambian absolutamente nada, nadie parece capaz de tomar la iniciativa ante los Carrera que, además de los dos notables, tienen un bloque de envidiar.

Quien sí supo aprovechar el bloqueo de Carrera fue Moreno Argentin (Bianchi), que para el ecuador de la prueba ya sumaba tres victorias parciales. El director Davide Boifava afirma en la jornada de descanso -a falta de clasificaciones, buenas son declaraciones- su intención de llevar a Roche al Tour, pero no a Visentini. ¿Quiere lanzar un mensaje tranquilizador e la afición italiana insinuando que Roberto irá a por todas en el Giro y el irlandés podrá encumbrarse en la ronda gala, libre de luchas internas?

En la volata de Termoli cae más de medio pelotón en el último kilómetro, cuando iban a mil por hora. Saronni al hospital totalmente magullado, Hermans a casa con la clavícula rota; Roche y Bernard han tenido más suerte aunque no se han librado de algunas marcas. Hasta que los 46 km. de cri en San Marino dictan sentencia, Visentini es superior. Le ha metido más de un minuto al segundo Rominger y 2:47 a su compañero Roche. El panorama se aclara con el italiano de rosa seguido por roche a 2:42, incluyendo las bonificaciones de la crono. Luego vienen Breukink y Rominger a más de tres minutos.

La bomba estalló en la meta de Sappada, etapa 15, con la llegada a los Dolomitas. Roche se va a la rueda de un ataque de Bagot (Fagor) bajando, el director le ordena que pare pero es inútil. Tras el esfuerzo de caza realizado durante toda la etapa, Visentini tira la cuchara en el último puerto, no controla la carrera y Roche sigue por delante con su plan. Le atacan Breukink y Rominger y el irlandés tiene momentos de debilidad al final. Está en carrera el patrón del equipo, están que echan humo, proclaman que Roche ni irá al Tour, ni seguirá la próxima temporada vistiendo Carrera, incluso que puede que esa misma noche tenga que hacer la maleta. Pero eso no va con los jueces, que declaran a Roche líder, Romiger a 5s, Breukink a 38s y Visentini cae hasta el séptimo puesto a 3:12.

Expectación máxima en la salida de Sappada, hasta que llega a la firma la maglia rosa con cara de pocos amigos. La etapa le resultará muy beneficiosa porque consigue meter más de un minuto a Rominger y quitárselo del retrovisor, ahora el segundo es Breukink a 33s. Aunque bien es verdad que durante la jornada ha tenido que responder a un ataque de Visentini en descenso y los insultos de gran parte de la decepcionada afición trasalpina. En esta tesitura, gran mérito tiene la ayuda con que su compañero Schepers le ha obsequiado.

Garda, San Pellegrino, Bondone, suenan a puntos clave, más aun con la lluvia persistente, pero Charly Gaul hace años que colgó la bicicleta y los fugados de poco riesgo clasificatorio tomaron el protagonismo; con Rominger perdiendo fuelle, Roche siguió con el mejor tiempo. El último día dolomítico vino a demostrar que el más fuerte era Stephen Roche, a quien solo pudieron seguir Millar y Lejarreta, sacando más de dos minutos a los perseguidores. Visentini se cayó y llegó a meta con la muñeca muy dolorida. Marino se colocaba a solo un segundo del podio, el tercero Breukink, pero la crono final favorecía al perfil del holandés. El de Berriz se lamentaba de los tres minutos y medio perdidos en la crono por equipos, sin los cuales podría ser incluso líder. Pero las conjeturas no pedalean.

El amor propio hizo darlo todo a un Roche que ya tenía el Giro ganado y se impuso en la última contrarreloj con una claridad meridiana. Visentini, con su muñeca lesionada, no salió.

CLASIFICACIÓN FINAL

1º Stephen ROCHE Carrera
2º Robert Millar Panasonic          3:40
3º Erik Breukink Panasonic          4:17
4º Marino Lejarreta Caja Rural  5:11
5º Flavio Giupponi Del Tongo     7:42
6º Marco Giovannetti Gis Gelati               11:05
7º Phil Anderson Panasonic        13:36
8º Peter Winnen Panasonic        13:56
9º Johan Van der Velde Gis Gelati           idem
10º Steve Bauer Toshiba 14:41
12º Eddy Schepers Carrera 18:26
43º Davide Cassani Carrera 1:21:09
48º Claudio Chiappucci Carrera 1:29:23
57º Bruno Leali                 Carrera 1:43:48
60º Massimo Ghirotto Carrera 1:45:39
87º Francesco Rosignolli               Carrera 2:23:07
108º Guido Bontempi Carrera 3:10:14
 

Por Max Bulla- URTEKARIA REVUE

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