Fin de semana con Orbea en la Pax Avant

Allá por el año 1.375 firmaron un tratado con el que repartieron los pastos entre los valles del Roncal y Baretous. Este acuerdo que es el más antiguo de Europa, se conmemora el 13 de julio de cada año con el tributo de tres vacas que entregan los franceses a los navarros.

El acto que lo festeja reúne a uno de los alcaldes baretoneses que coloca la mano derecha sobre la piedra o mojón de San Martín y poniendo la suya encima un roncalés y así se van alternando los demás representantes. El último en posar la suya es el alcalde de Isaba, que pronuncia las palabras:

Pax Avant = Paz en adelante

Nos trasladamos el viernes a Isaba, previa invitación de Orbea, para conocer una de las marchas cicloturistas que seguro se va a convertir en referencia a nivel europeo: la Pax Avant.

Nada más bajarnos del coche la temperatura atiza de lo lindo, ¿será un presagio de lo que nos espera el fin de semana?

Después del almuerzo, nos entregan la bicicleta Orbea Avant con la que vamos a rodar en la prueba de 192 km. Probamos unos kilómetros para comprobar que todo está en orden. Recogemos el dorsal y los obsequios para dirigirnos a cenar, que falta nos va a hacer cargar bien los depósitos.

La marcha Pax Avant

Sábado 7 de junio, a las 7:30 horas se da salida al recorrido de 100 km y 2.600 metros de desnivel, datos que dicen mucho, teniendo en cuenta que lo más duro está concentrado en apenas 70 kilómetros. Poco después llegó la hora del recorrido de 143 km y 3.600 metros. Por último tomamos parte a las 8:15 para completar el recorrido de 192 km y 5.000 metros de desnivel, casi nada.

A esas horas ya sobraba la ropa, el sol asomaba en las montañas que nos vieran pasar momentos después. Partimos entre aplausos del público. Poco a poco vamos sobrepasando a corredores en la primera subida a Laza, corto descenso y nos acercamos a Larrau vertiente sur, tras 11k m de subida cómoda coronamos y enfilamos la segunda bajada de la jornada con mucho talento debido al fuerte viento racheado que azotaba el pirineo desde primeras horas.

Hasta aquí todo sobre ruedas, nos aproximamos a Santa Engracy, paramos a reponer sólidos y líquidos, ya que iba a ser transcendental en la parte restante, obligándome a parar en el resto de avituallamientos. A partir de aquí la cosa se puso seria, los más de 20 km de subida con porcentajes del 10-11% hasta Isarbe empezaron a hacer mella en las piernas de algunos corredores. Coronamos el puerto y tras un sinuoso descenso llegamos al temido Soudet.

Después de unos primeros kilómetros cómodos llegamos a la parte central, con más de 7 km por encima del 10%, intentamos regular y memorizar, pensando en la segunda subida, leve descanso para afrontar las últimas rampas antes de desviarnos a la derecha para completar la segunda parte del recorrido largo, mientras que los del recorrido mediano recortaban a la izquierda, para coronar la piedra de San Martín y dirigirse a Isaba.
Decir que en este punto categórico de la marcha fueron muchos los que decidieron acortar la jornada, sabia decisión, porque los que nos lanzamos a por el largo, tuvimos que sacar casta y pundonor para completar con éxito la segunda subida al Soudet, debido sobre todo, al sofocante calor reinante durante todo el recorrido.

Después de una interminable subida y coronar la piedra de San Martín parecía que estaba todo hecho. Ni mucho menos, el fuerte viento de cara hizo que fuese muy caro alcanzar la meta en Isaba después de 198.5 km y más de 5.100 metros, empleando un tiempo de 8:43h.

La organización

Lo que nos queda claro que Orbea está a la altura de organizar una marcha de este calibre. Se nota que hay mucho trabajo previo, una amplia experiencia y sobre todo el amor y la pasión por este deporte.

Desde el montaje de salida y meta, pasando por todos los avituallamientos, señalización del recorrido, personal en cruces, motos de enlace, coches de asistencia técnica, todo superado con nota. Eso hace que la decisión para nosotros los cicloturistas sea más fácil y atractiva a la hora de planificar nuestro calendario de la temporada. Por mi parte decir que ya son cuatro las pruebas organizadas por Orbea con las que he tenido cita, superándose en cada una de ellas, a buen seguro que participaré en unas cuantas más.

Destacar también al pueblo de Isaba, por volcarse de esa forma con el evento y con los participantes más acompañantes.

Tiene los ingredientes para ser la marcha referencia de los Pirineos, sólo hace falta que ninguna causa externa desbarate esta obligada cita en próximas ediciones.

La Orbea Avant

La marca vasca se sube al carro de concebir una bicicleta cómoda para pruebas de larga distancia, denominadas hoy “Gran Fondo”. Montada con Shimano Ultegra mecánico, ruedas Mavic Ksyrium y componentes FSA.

Mi bici actual es una Orbea Orca, que es todo lo contrario. Es por ello que los primeros kilómetros me encontraba extraño. Reconozco que al principio entraba con mucha suavidad en las curvas, pero a medida que fueron sucediendo las subidas y bajadas, nos fuimos familiarizando, haciéndome a ella y olvidándome por completo que no fuese mía.

Creo sinceramente que Orbea ha conseguido lo que buscaba, una bicicleta ideal con una postura confortable para esas salidas maratonianas.

Dar la gracias a todo el Staff de Orbea por toda la atención recibida y al pueblo de Isaba por su hospitalidad, todo ello fundamental para que nos sintamos como en casa y sean unos días inolvidables.

Joseba Goti

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