David Belda (Burgos BH): “He sufrido mucho en silencio”

David Belda dio la sorpresa agradable en la Vuelta a Castilla y León, arropado por un Burgos BH que logró un importante triunfo en su Vuelta a España particular. Una victoria de una formación modesta que vio recompensada su trabajo de la mejor manera posible.

Belda (31 años) confiesa que no se podía imaginar ganar esta prueba 2.1. “Ni en los mejores sueños podía conseguir esta gran victoria antes estos rivales, como el Movistar Team o el Caja Rural-RGA. Aún no sé lo que he hecho la verdad. Sé que no es el Tour o la Vuelta pero significa mucho, para mí y el equipo. Es una victoria soñada para todos”, confirma a BiciCiclismo desde Concentaina. “Yo pienso que ellos (el equipo) están más contentos que yo, yo soy más reservado y tranquilo. Lo celebramos con una fiesta en el hotel y en casa, más de lo mismo, he recibido muchos mensajes de felicitación”, destaca.

De hecho, a Belda y su equipo, con Julio Andrés Izquierdo a la cabeza, les recibe hoy el alcalde en el Ayuntamiento de Burgos. “Esperemos que este triunfo nos permita estar más desahogados económicamente”, asevera.

David, nada más cruzar la meta el domingo, se emocionó. “Me acuerdo y se me hace un nudo en la garganta. Me ha costado mucho llegar hasta aquí, he sufrido bastante por dentro, a raíz de la Operación Puerto -es hijo del director deportivo Vicente Belda-, en casa… En ese momento te acuerdas de muchas cosas y te emocionas. Hay mucho trabajo y sacrificio estos años anteriores y este fin de semana salió todo a relucir”. Su familia ha sido su mejor apoyo, como siempre. Y su padre una figura muy importante para él. “No hablé mucho con él la verdad el día que gané, diez minutos apenas, y me dijo lo de siempre, que disfrutara, y que estuviera tranquilo” apunta.

La Operación Puerto sepultó la carrera deportiva de su padre y lógicamente le afectó a él un proceso tan largo. “Estoy orgulloso del padre que tengo. No hay nada que le pueda reprochar. Me ha dado mucho. No estaría aquí si no fuera por él. Años atrás pasé momentos difíciles, las cosas no salían, y él siempre estuvo ahí, apoyándome. He sufrido en silencio, día a día, solo yo lo sé, y mi familia, lo que he pasado. Nos apoyamos mutuamente. Al final dices que no te pesa (la OP), pero sí lo hace, es como si llevaras una losa en la espalda”, explica.

Ahora bien, cree que su padre no está enterrado definitivamente. “Es verdad que se le han cerrado muchas puertas. Yo confío que el tiempo le va a poner en su sitio, volverá a los ruedos, no sé si en dos años o en tres, pero yo creo que sí, que regresará. Sería un sueño juntarse otra vez y que me volviera a dirigir”, desea.

Su anhelo es dar un salto a una categoría superior, aunque tampoco es una obsesión, está muy agradecido, además, a Izquierdo. “El ciclismo es España está muy mal, con solo dos equipos, en Portugal también, y en Francia apenas fichan españoles. Está muy difícil. Yo solo puedo hacer más méritos para dar un salto, pero, si no, espero seguir un año más con Julio, si él quiere. Tampoco me desespero y prefiero no hacer cábalas, es mejor vivir el presente, y no pensar en el mañana o la temporada que viene. Disfrutar y disfrutar”, zanja.

“Como nunca en mi vida”

Sus sensaciones han sido muy buenas desde el inicio de la temporada, desde Mallorca, en la Vuelta a México, en el GP Indurain, La Rioja, Amorebieta… “Todo el año me sentido como nunca en mi vida, tanto en carrera como en los entrenamientos. El tercer puesto en la Klasika Primavera –ganó Pello Bilbao, con Gorka Izagirre segundo- me dio mucha moral cara a las próximas carreras”, certifica a BiciCiclismo.

El triunfo en Castilla y León no fue casualidad. “El equipo desde el domingo estuvo concentrado en Burgos”, revela. “Y el lunes hicimos un entrenamiento de fondo, con la Cruz de la Demanda, 3.500 metros de desnivel y ya vimos que estaba para disputar. Yo me veía para un top 5, pero no creía que podía ganar; en el equipo, sí estaban más convencidos”.

Sobre su equipo, no tiene más que elogios, dirigido por Izquierdo y Alberto Gallego. “El primer día me protegieron del viento y el segundo me llevaron en volandas. Y el tercero estuvieron de diez, del primero al último, desde el kilómetro cero. Llevamos bien amarrada la carrera, con Oroz por delante, pillamos a contrapié al Movistar y yo pude guardar fuerzas. Sobre todo, tengo que destacar a Oroz, fue el hombre clave; tiene mucha experiencia y controló el ritmo. La experiencia es un grado y nos aportó seguridad y tranquilidad”, afirma. Él, por su parte, tuvo que correr a la defensiva tras su triunfo en el alto de Lubián, algo inusual para él y su carácter. “A veces pecó de combativo”, admite, “siempre escapado; es mi manera de correr, antes que ir en el pelotón, con la presión de estar en una buena posición y fallar. Yo sabía que tenía que guardar fuerzas, pero el primer día ya me moví y Julio (Izquierdo) me tuvo que abroncar”, bromea.

Desde 2011 en el Burgos continental, le ha costado conseguir estos resultados. “Otros años había tenido problemas de peso, me quedaba muy débil, sin apenas masa muscular. Este año he cambiado algunas pautas de alimentación y llego más entero a los finales. Ahora peso entre 52 y 53 kilos, pero llegué a estar en 49-50 (mide 1,62). También tengo un año más de experiencia y los problemas van desapareciendo”, aclara.

Su carrera profesional ha sido un ir y venir, al menos hasta 2011 cuando recaló en el Burgos. En 2007 debutó en el Fuerteventura y en 2009 en el Boyacá, en ambos dirigido por su padre. Unos años “muy duros”, se tuvo que recalificar en amateur, en 2008 y 2010, y destaca el apoyo de los padres, de los hermanos, de la familia en definitiva. “En 2008 gané las mejores carreras amateur y cuando nadie te llama, te vienes abajo. Pude correr en el Boyacá de mi padre pero al año siguiente se tuvo que volver a recalificar. Te descentras un poco y no haces las cosas bien. Esos años gané carreras importantes, siempre en la pelea. En 2010, en un viaje a Cuba, coincidí con Valentín Rodríguez -el fallecido gerente de Maglia- y a partir de ahí contacté con Julio”, recuerda.

En Concentaina, “en casa de los padres”, le tocan ahora unas semanas de merecido descanso. “Apenas hemos corrido pero los entrenamientos han sido casi más duros que las carreras”. Del 19 al 22 de junio, disputará en principio el Tour de Saboya y después estará en los Campeonatos de España. “En julio está el Tour de Qinghai Lake en China, ya estuve el año pasado, pero yo prefiero correr en Europa, la Vuelta a Burgos y la Vuelta a Portugal”, adelanta.