Team Colombia, un adiós inevitable

El final del Team Colombia se asumía desde hacía semanas, aunque hasta ayer no se hizo oficial. Por encima de todo, es una noticia pésima para el ciclismo en general y el colombiano y americano en particular. Y un proyecto decepcionante que deja de nuevo al país sin un referente en la élite. El camino recorrido se diluye.

No es sencillo escribir con propiedad sobre algo que no es cercano y con lo que apenas has interactuado (el trato ha sido exquisito cuando así ha sido), por eso vamos a subrayar impresiones y algunos hechos constatados en torno al conjunto colombiano. Se trata de un proyecto llamado a llegar a su fin antes o después por depender del patrocinio público, en este caso el Ministerio de Deportes, Coldeportes, y una gestión que no ha sabido encontrar alternativas y ha arrastrado problemas, retraso en el pago de las nóminas, por ejemplo. Y el rendimiento deportivo ha sido una deriva en los dos últimos años, de hecho no alcanzó ninguna victoria en 2015. Claudio Corti, mánager del equipo, tiene su responsabilidad pues él administraba los recursos y marcaba la dirección en la carretera. En cualquier caso, se trata sobre todo de aportar soluciones.

Con algunos de los mejores corredores del pelotón mundial, como Nairo Quintana, Rigoberto Urán o Esteban Chaves, Colombia se queda sin un equipo en el pelotón internacional. Su caso es similar al de España, la mejor nación en los cuatro últimos años, pero sin ningún conjunto nuevo que asome, salvo Movistar Team y Caja Rural-RGA. No es la única similitud como veremos más adelante.

El de Corti (en Polti, Saeco, Lampre y Barloworld anteriormente) ha sido un ciclo de cuatro años, desde 2012, con un cuerpo técnico, Valerio Tebaldi y Oscar Pelliccioli como directores deportivos, y unos auxiliares italianos, que no han terminado de conectar con los corredores. Y con la base del equipo en Brescia para cubrir así el calendario europeo.

Un calendario que ha sido generoso con el Team Colombia si miramos a los resultados: corrió el Giro de Italia en 2013 y 2014 y este año, con una plantilla inferior, se quedó lógicamente fuera aunque se salvó porque el equipo fue rescatado por la Vuelta a España. El hecho es que no han conseguido una sola victoria en 2015, el único equipo que se ha quedado a cero. Corti siempre reivindicó que la filosofía era dar la alternativa y formar a corredores jóvenes. Y cierto es que era un equipo bisoño, pero también lo es que tenía ciclistas veteranos, como Duarte, Sarmiento, Rubiano o Duque y llegaron Cano o Pedraza, por encima de los 30.

Todos se ven ahora en octubre sin dorsal que ponerse el año que viene, al menos en la élite, y solo alguno logrará mantenerse. La mayor tristeza es por los más jóvenes, como Edward Díaz, Daniel Martínez, Sebastián Molano, Carlos Ramírez… que apenas habían comenzado su viaje y su sueño profesional. Algunos incluso tienen contrato firmado para 2016 y les están invitando a que firmen un documento que libere al team, una vez que no continúa.

Este adiós ni mucho menos significa que el ciclista colombiano vaya a desaparecer. Y es que los grandes talentos, los últimos Fernando Gaviria (Etixx-Quick Step), Miguel Ángel López (Astana), Jhonatan Restrepo (Kastusha) o Sebastián Henao (Team Sky), han alcanzado el WorldTour sin pasar por el Team Colombia. Casi todos los equipos tienen un colombiano en sus filas. No han ayudado desde luego los sueldos reducidos y el retraso en los pagos a los corredores, algo que casi nunca se han atrevido a denunciar públicamente, salvo Pantano y Chalapud el año pasado, hartos de promesas incumplidas por parte de Coldeportes y la gestión del equipo.

Así que el ambiente no podía ser el mejor en un equipo recortado en muchos aspectos y todo se traducía lógicamente en la falta de motivación y después se reflejaba en el rendimiento en la carretera. El trato, por las críticas veladas de los propios ciclistas, tampoco se presume que ha sido el mejor, así como la planificación y la preparación física. Una nota positiva es que no ha tenido casos de dopaje, excepto el de Luis Largo en 2014 cuando solo había disputado una carrera.

Bandos enfrentados

Se trata de una estructura que arrancó en 2006 como amateur, continental desde 2007, con Jairo Monroy al frente bajo la denominación de Colombia es Pasión. Luisa Fernanda Ríos y Luis Fernando Saldarriaga se hicieron cargo después y Coldeportes inyectó dinero y dio su apellido en 2008 y 2009 para marcharse después. Con un vivero de talentos, Sergio Henao, Pantano, Atapuma o Quintana, siguió como continental hasta que en 2011 dio el salto a la categoría Profesional Continental y entró Chaves. Quintana ganó el Tour del Porvenir en 2010 y Chaves en 2011 y como los anteriores dieron en salto a la élite del WorldTour después.

Coldeportes entró de nuevo en 2012 y comenzó la etapa de Corti. Siguió buena parte de una plantilla que luego se ha devaluado año a año. De ahí que se discuta en Colombia quién tiene el mérito del salto de esos ciclistas al WorldTour. El hecho es que comenzaron con Ríos&Saldarriaga e incluso en el caso de Henao con Monroy.

Se trata de un enfrentamiento en el ciclismo colombiano que por desgracia no es el único, por erigirse en salvadores del pedalismo nacional, algo que lastra a cualquier equipo cuando los egos y el dinero se anteponen a la formación y al desarrollo de la cantera. No cabía otro final, por tanto de este proyecto y cualquier otro que siga esa línea. El Café Colombia y el Manzana Postobón de Lucho Herrera o Fabio Parra llegaron a disputar el Tour de Francia. Un hito que está, a día de hoy, muy lejos de repetirse.

El equipo, además, no se ha internacionalizado, una equivocación por parte de Coldeportes, aunque una decisión legítima, en un ciclismo cada vez más global. El Gobierno nacional ponía el dinero y quería solo ciclistas colombianos. Ese camino tiene poco recorrido, más si solo hay una aportación pública. Y eso limita cualquier ambición real. “La idea no es enterrar al Team Colombia, es hacer una pausa en el camino”, dijo ayer Andrés Botero, Ministro de Deportes, que había comunicado a Corti una tijera del 50% de su presupuesto, una consecuencia, a su vez, del recorte anunciado por el Gobierno a todo el deporte élite en un 2016 que es olímpico.

Corti se va y regresa la pareja Ríos&Saldarriaga con el nuevo Manzana Postobón que partirá de la categoría continental con la intención de crecer desde abajo y con calma. La primera buena noticia es que el patrocinador es privado y que tiene plata. Una envidia para el resto y más críticas y desprecios de unos y otros, reproches, algo cultural y social allí y que se repite en España en muchos ámbitos, en lugar de pedalear todos en la misma dirección por y para el ciclismo colombiano.

La responsabilidad es máxima, tratar de llevar un equipo colombiano a lo más alto, volver a ver un equipo colombiano en el Tour de Francia. Sería una lástima que se repitan los mismos errores. La honestidad es clave. Talento hay para aburrir; gestión no tanta y sí muchas envidias, celos y resentimientos, cuando lo que debe ser una prioridad son las soluciones: seriedad, tanto deportiva como económica, y responsabilidad, marcarse unos objetivos reales y poner todos los medios para que los corredores puedan desarrollar su trabajo con dignidad, algo que ha brillado por su ausencia en los últimos años. 

En definitiva, no poner vallas sino tender puentes, no hacer un coto privado, y a medio y largo plazo los frutos llegarán. Solo entonces quizá el ciclismo colombiano tendrá un equipo que merece y que todos admiren, que sea un espejo para la inagotable cantera que brota en todos los departamentos del país.

Unai Iraragorri, @UnaiIraragorri